“Que sirva entonces esta reflexión de faro de guía para el ennoblecimiento de una causa quijotesca, con apuesta por los futuros juristas en proceso de nacimiento y formación, para la salud de los valores y fines de nuestro Estado constitucional de Derecho, en peligrosa caída en el vacío por la corrupción, la mediocridad y los engaños permanentes desde el ejercicio de la torre de marfil del poder público, sin perjuicio de las relaciones privadas, que han olvidado el elemento sustancial de sus relaciones jurídicas: la buena fe y el respeto a la decisión voluntaria en libertad, sin dolos ni culpas graves...”.